miércoles, 5 de octubre de 2011

Juego de suma cero

En la literatura sobre gestión responsable de cadena de suministro se suele considerar que el problema principal en esta materia es eliminar los riesgos sociales y ambientales asociados al aprovisionamiento.

Y verdaderamente es así. La creación de grandes cadenas de suministro y el aprovisionamiento a escala global conllevan un difícil control sobre la forma de hacer de los proveedores, sus estrategias para cumplir con los compromisos que adquieren o el modo en el buscan sus márgenes.  Aún hoy aparecen problemas de abusos laborales, de vulneración de los derechos humanos o de daño ambiental grave en las cadenas de suministro como muestran noticias recientes sobre Apple, Nike o Inditex.

Las grandes empresas necesitan estrategias y programas que logren la cooperación de los proveedores en este sentido, y muchas realizan importantes inversiones para formarles, seguir su comportamiento y controlarlo.  Por ello a este tema, se dedican muchas horas de análisis y consultoría.

Sin embargo, es más difícil ahondar en un asunto mucho más sencillo ¿Cómo debería ser el comportamiento de una empresa para asegurar un trato responsable a sus proveedores?

Desde la anterior perspectiva se aborda el cumplimiento por parte del proveedor de aspectos críticos como los derechos humanos, la legislación o la protección más básica del medio ambiente. ¿Pero cuando esos aspectos quedan cubiertos por operar con proveedores occidentales o solventes en ese sentido? ¿Qué queda para las relaciones cotidianas donde normalmente hablamos de pequeños proveedores para grandes empresas?

Cuando la situación económica resulta tan asfixiante para las pymes y todos nos vemos inmersos en una coyuntura incierta, este aspecto de las relaciones comerciales tiene un valor renovado desde nuestra perspectiva.

Las empresas compiten, luchan por su beneficio y buscan su oportunidad de mejora en cada aspecto de su gestión. El aprovisionamiento puede ser un escenario muy duro para esa supervivencia y las posiciones no son equivalentes entre grandes y pequeñas.

Si hablamos de recuperar nuestra economía y encontrar un espacio para la mejora y la protección del empleo los esfuerzos y las formas que se puedan desarrollar entre grandes empresas y proveedores son un asunto importante. 

¿Cómo lograrlo? Construyendo relaciones de beneficio mutuo con los proveedores en las que prime el respecto al proyecto empresarial de cada una de las partes y la consideración a las exigencias que esto plantea. Así aquellos que contratan pueden hacer mucho para empujar la economía de todos garantizando aspectos como:
  • Información clara y transparencia en los procesos de contratación
  • Promoción de la competencia y la libre concurrencia
  • Plazos de entrega y precios sostenibles, y en el curso de la relación comercial evitar cambios que puedan afectar a estos mismos elementos.
  • Estabilidad en las relaciones comerciales
  • Comunicación fluida entre ambas partes.

En tiempos de crisis sería muy positivo no profundizar en una visión del mercado darwinista donde la gestión compras puede ser interpretada como un juego de suma cero. 

Una empresa que crece alentando la prosperidad de su cadena de suministro es mucho más valiosa para la sociedad y puede estar más segura de su éxito por promover la estabilidad del tejido económico que le rodea, saber captar las oportunidades de mejora que suscita la sintonía entre empresas y tener una puerta más para la creación de sinergias. Un juego en el que la suma se acrecienta.


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