jueves, 20 de diciembre de 2012

Adiós 2012


En unos días acabará 2012, un año de intenso trabajo y reflexión en Lacélula que nos ha dejado muchos proyectos y algunas ideas seductoras que pueden llevarnos hacia nuevos y apasionantes proyectos… Os iremos contando.

Por lo pronto, publicamos en este blog nuestro plan de Responsabilidad Social Corporativa para 2013 y el código de conducta que hemos creado con la voluntad de ser una organización cada vez mejor. Así que para el año que empieza mantenemos el tono, queremos hacer más, queremos avanzar.

Nos proponemos resistir de forma beligerante al bajón que nos acecha a todos tras cada telediario, en los informes de la OCDE o al final de la negociación de Doha. Basta de optimismo vacío o nihilismo suicida. Movimiento. Acción. Si nos enfocamos en ello la crisis sólo va a conseguir que veamos los cambios mucho antes.

A todos los que nos miráis y seguís de vez en cuando, o a los que nos acabáis de conocer, invitaros a tener unas fiestas paradójicamente felices, una actitud constructiva y resiliente, y una voluntad empática y solidaria. ¡Que 2013 nos encuentre armados de valor!

miércoles, 31 de octubre de 2012

Observar versus Participar

No es sencillo compartir con los demás en qué consiste la consultoría de RSC y sostenibilidad hoy en día. Hacemos muchas cosas, muy diferentes y la mayor parte más creativas de lo que se suele esperar en otros servicios de apoyo y asesoramiento a empresas. Y es que Lacélula se dedica a impulsar un cambio cultural  y crear una nueva forma de actuar en las organizaciones con las que colabora. Esto supone alterar la visión de todo un colectivo acerca de lo que es más importante, de lo que les va a permitir avanzar como organización en el futuro.

La competitividad hoy pasa por la adaptación a entornos muy cambiantes, acelerados, poliédricos y, en ese sentido, es necesario desarrollar nuevas capacidades dentro de las empresas:

  • MEJORAR EL ANÁLISIS. El entorno social y ambiental de nuestra organización cuenta.
  • NO DAR PUNTADA SIN HILO.  No basta con la buena voluntad. Actuar bien, actuar mejor pasa por el pensamiento estratégico.
  • DECIDIR A TRES BANDAS. Casi cualquier paso tiene un impacto social y ambiental. Operar de forma sostenible es no olvidarlo nunca.
  • HABLAR, ESCUCHAR, RESPONDER. Contar lo que hace la empresa importa, escuchar lo que dicen de la empresa importa, actuar en consecuencia es diferencial.
Es decir las organizaciones del siglo XXI deben pasar de observar lo que ocurre a tomar parte en el contexto social y ambiental que las acoge.  


viernes, 19 de octubre de 2012

Lacélula en Forética


Pueden parecer malos tiempos para dedicar recursos a la innovación, la sostenibilidad o a las estrategias y proyectos de Responsabilidad Social Corporativa. Sin embargo, en esta coyuntura es esencial buscar nuevas perspectivas de trabajo que abran caminos a la eficiencia, la diferenciación y la adaptación de las organizaciones. Nunca el inmovilismo ha sido tan arriesgado.

Desde Lacélula creemos que la competitividad en el medio y largo plazo se puede alcanzar mediante diferentes estrategias y la RSC es una de ellas. No vemos posible una progresión positiva si el tejido empresarial, institucional y social no asume el reto del desarrollo sostenible.

Esta convicción nos ha llevado a colaborar con una de las plataformas más consolidadas en la promoción de la RSC en España, Forética. Creada en 1999 su misión es fomentar la cultura de la Gestión Ética y la Responsabilidad Social en las organizaciones. Una meta que consideramos aún más relevante en el contexto económico y social que estamos viviendo. Por ello, desde este mes somos socios de Forética con el propósito de contribuir a este objetivo.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Renovando nuestro apoyo al reporting

Hace unos días y por segundo año consecutivo, confirmamos nuestra adhesión a Global Reporting Initiative (GRI) como Organizational Stakeholder. Esto nos mantiene como miembros de la red de organizaciones que apoyan a la mayor iniciativa existente para la creación de Informes de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y Sostenibilidad.

 Han pasado ya unos cuantos años desde que hicimos nuestros primeros trabajos profesionales en el campo de la RSC y, suponemos que como le habrá pasado a muchos otros, nuestros primeros encargos pasaron por crear estos documentos.

 Los formatos y exigencias han evolucionado de forma significativa. Hay más empresas publicando, aunque no pocas hayan abandonado estos esfuerzos como producto de la crisis. En conjunto vemos mejores informes, aunque se sigue echando de menos más contenido material, contenido que sirva para acercar más a las compañías a sus grupos de interés.

 En cualquier caso, la creación de estos documentos sigue siendo una herramienta capital en el avance hacia una economía más competitiva en términos económicos, sociales y ambientales. Así que renovamos con convicción nuestro apoyo a GRI y esperamos que estos nuevos esfuerzos nos ayuden a crear y difundir más y mejores informes en un año que viene cargado de grandes novedades, con la publicación de la versión G4 como la más relevante.

lunes, 2 de julio de 2012

El V Máster de RSE de la UAH llega a su fin



Después del tribunal con el grupo que trabajó con la empresa Supracafé
Ya se nos ha echado encima el verano y con él ha llegado el fin de la quinta edición del Máster de Responsabilidad Social Empresarial de la Universidad de Alcalá. Como contamos meses atrás hemos sido los tutores del Programa Fin de Máster y como tales desde diciembre de 2011 hemos acompañado a los alumnos en la elaboración de un Plan Director de RSC para un total de cinco empresas que han colaborado con el Programa.

El viernes pasado tuvo lugar el acto de clausura del Máster y días antes el tribunal ante el que los alumnos debieron defender sus proyectos. Estuvimos presentes en estos actos y nos enorgullece comentar aquí el nivel de los trabajos realizado y la calidad profesional de los alumnos egresados.

Tras la ceremonia de clausura del V Máster de RSE de la UAH
Han sido meses de mucho trabajo para todos y siempre es una alegría llegar al final de un proyecto con la impresión de que las cosas han salido bien.  Este es el caso, así que queremos enviar nuestro agradecimiento a la Cátedra de RSC de la Universidad Alcalá de Henares, a los alumnos y a las empresas que han colaborado en el Programa Fin de Máster: INSA, Gráficas Palermo, CEHAT, Supracafé y GMP.

¡También deseamos mucha suerte a todos los alumnos en su nuevo camino como profesionales de la RSC!  

viernes, 29 de junio de 2012

De nuevo con los emprendedores sociales



Retomamos nuestra colaboración con una iniciativa que nos encanta: Momentum Project.

BBVA y ESADE lanzaron este proyecto el año pasado para promover el emprendimiento social en España. Momentum Project actúa en dos direcciones. Por una parte, selecciona cada año  a diez emprendimientos sociales que necesitan apoyo y financiación para crecer. Por otra, fomenta la creación de un  ecosistema de apoyo al emprendedor social, hilando una red de apoyo, reflexión y networking que alimente la cultura del emprendimiento social en España.

                        
Así es como el año pasado pudimos conocer a Moltacte, Teixidors, La Tavella, DAU, Gran Vallés, Lamastelle, Sostre Civic, Naturix, Roba Amiga y Catering Solidario, y contar su  historia.

Estamos deseando conocer a los emprendedores de esta edición. Seguro que su experiencia nos inspira tanto como la de los proyectos del año pasado. Os animamos a conocer sus historias en el blog del proyecto. 

viernes, 9 de marzo de 2012

Los ecosistemas, sus servicios y qué tiene que ver esto con las empresas

El lenguaje de la sostenibilidad evoluciona rápido y nuevos conceptos se suman constantemente, la mayor parte migran del ámbito científico a otras disciplinas que necesitan definir qué hace la naturaleza por nosotros.

[Aclaración: sostenibilidad no es sólo protección del medio ambiente, eso vaya por delante una vez más, pero sí lo sostenible es irremediablemente considerado con el medio ambiente].

Esto explica por qué se habla últimamente con creciente insistencia de los servicios que nos prestan los ecosistemas. A nosotros nos resulta chocante la concepción de que la naturaleza nos presta servicios pero lo cierto es que se trata de una forma inteligente de intentar reconciliar economía y medio ambiente. Valgan las palabras para unir lo que desastrosamente el hombre separó.

Aclaremos, por tanto, a qué se refieren estos servicios. Los ecosistemas nos prestan servicios de valor incalculable como el agua dulce, la madera, la regulación del clima, la protección de riesgos naturales, el control de la erosión y las actividades recreativas. Para mantenerlos es fundamental la preservación de la biodiversidad. La pérdida de variedad de organismos vivos perjudica a los ecosistemas, degradándolos e incluso provocando su colapso. 

Hayedo de Ordesa
Según informa WWF los ecosistemas forestales ocupan en la actualidad unos 3.866 millones de hectáreas, casi una tercera parte de las tierras emergidas del planeta, lo que equivale a la mitad de la superficie que ocupaban hace unos 8.000 años. Se pierde el equivalente a 40.000 campos de fútbol al día de superficie de bosques.

Esta realidad no ha sido todavía asumida ni en las cuentas estatales ni en aquellas particulares de las empresas, por tanto, tampoco trasciende de forma suficiente en las decisiones de gobierno ni en la gestión empresarial. Así al menos lo valoran voces que provienen del propio mundo empresarial como es el Aldersgate Group (AG), una alianza de líderes empresariales, sociales y políticos que realizan actividades para promover una economía sostenible en el Reino Unido.

De ellos nos gusta su perspectiva en el análisis y la concreción de sus propuestas en aquellos asuntos que deciden tratar. Así, recomendamos su publicación "Pricing the Priceless: The business casefor action on biodiversity" publicada en noviembre. El documento es el punto de partida para un proyecto que pretende concienciar al Gobierno británico y a las empresas del Reino Unido sobre la urgencia de corregir una contabilidad que concibe como ganancia la destrucción de activos naturales que potencialmente pueden generar beneficios perpetuos si son protegidos.
AG intenta poner en evidencia que cualquier actividad empresarial depende de alguna manera de los ecosistemas y de sus servicios y que, por tanto, el futuro de las economías pasa por la protección de estas unidades funcionales de vida natural.

Los desiertos, arrecifes de coral, humedales, bosques lluviosos, praderas, parques urbanos o tierras de cultivo son ejemplos de ecosistemas y en el conjunto del planeta no se puede decir que su estado sea bueno. Actualmente, la mayor parte de los hábitats naturales muestran signos graves de degradación, el tamaño de poblaciones de flora y fauna salvajes está disminuyendo, y el suelo, el aire y el agua están cada vez más contaminados, tal como revela el estudio de la Comisión Europea “The Economics of Ecosystem and Biodiversity” (TEEB) o la iniciativa  “The Millennium EcosystemAssesment” promovida por Naciones Unidas.

El Aldersgate Group aporta cinco recomendaciones para cambiar esta tendencia desastrosa, cuatro de ellas se dirigen al Gobierno británico, una a las empresas. Esta última es la que dejamos aquí para la reflexión.

“Las empresas debieran asumir el liderazgo en esta materia y calcular su impacto sobre la biodiversidad y los servicios que ofrecen los ecosistemas, así como su dependencia de ellos, e incorporar a la gestión medidas que garanticen un uso sostenible de los recursos naturales.”

Para saber más:
La Fundación Entorno-BCSD España, con la colaboración de Fundación Biodiversidad, ha desarrollado la versión en español de esta publicación, realizada por el World Business Council for Sustainable Development.2011




martes, 7 de febrero de 2012

Viajes circulares

“Birmingham Big Wheel”. Photo by elle brown. 


Acercarse a las cifras del proyecto conocido como Eurovegas o el “macrocasino” es sinónimo de sufrir un mareo instantáneo. En nuestro caso, tras el mareo viene el desconcierto y, luego, la indignación.

Pero situémonos. El proyecto del que os hablamos seguro que ya os suena a muchos de vosotros. Se trata del plan que el multimillonario estadounidense y magnate de la industria del juego Sheldon Adelson quiere desarrollar en España y, concretamente, parece que en Madrid.

Su intención es la de crear un macrocomplejo que congregue hoteles, casinos, campos de golf, estadios y otras infraestructuras pensadas para el ocio en nuestro país, invirtiendo para ello 16.900 millones de euros, que generarían, según los estudios de impacto previos desarrollados, alrededor de 260.000 empleos. En Madrid, esto supone acabar de un plumazo con aproximadamente la mitad del paro de la región.

Sin embargo, para que Adelson se decida a hacer esta inversión en Madrid, antes exige una serie de condiciones que, llegado el caso, podrían implicar incluso cambios legislativos. Sirvan como ejemplos la exigencia de relajar las condiciones laborales para contratar –modificando incluso el Estatuto de los Trabajadores-, o que se le cedan de forma gratuita 5,8 millones de metros cuadrados de terreno -algo que prohíbe la ley-. Por no hablar de la propuesta de Adelson para que sus inversiones y ganancias queden en buena medida libres de impuestos. Cambios que, aunque sorprendentes a primera vista, algunos de los poderes públicos implicados (Comunidad de Madrid, Gobierno, ayuntamientos) parecen estar dispuestos a tener en cuenta sin demasiado escrúpulo. Lo cual es más chocante aún.

Si se quiere profundizar más en lo peculiar de este proyecto siempre puede acudirse a la prensa diaria, que lleva abordando desde hace meses este asunto. Pero, más allá de las cifras y otras singularidades del caso, lo que nos asombra es la naturalidad con que se ha asumido que se trata de un proyecto positivo dado el contexto en que nos encontramos. ¿Pero este es el tipo de empleo que debemos generar? ¿Estamos dispuestos a llevar a este punto la pérdida de derechos laborales y protecciones jurídicas que tanto nos ha costado conquistar? ¿Volveremos a hipotecar el futuro con decisiones económicas que comprometen el bienestar de los que están por venir? ¿No existen otras soluciones para salir de la crisis? ¿Esta es la única economía que estamos dispuestos a impulsar?

Buena parte de la culpa de que estemos en la situación actual la tiene nuestra manera analizar los asuntos que tienen impacto en el futuro. A menudo centramos nuestra visión en el corto plazo. Pretendemos salir del agujero agarrándonos a lo primero que aporte algo de luz, decidiendo rápido (que no bien), siendo resolutivos… y pasamos por alto el hecho de que soluciones como esta son -desde el punto de vista económico pero también social, laboral, ambiental, etc.- pan para hoy y hambre para mañana. ¿Por qué parece tan difícil en este país invertir sin un retorno inmediato, prever y diseñar escenarios mejores, apostar por transformaciones de mayor calado pero con mayor beneficio colectivo? La crisis ha dejado patentes nuestros límites en este sentido y el estimulo irreflexivo que provoca iniciativas como las del Sr. Adelson nos enfrentan a ellos. Este proyecto es paradigmático de un modelo de desarrollo indeseable y seguir su senda nos condena al eterno retorno, a un viaje que nos lleva al punto de partida.

Ojalá la propuesta termine por no salir adelante y nos quedemos en la indignación pero no en la decepción.


Para saber más sobre el proyecto Eurovegas:

Reportaje “Las claves del Las Vegas madrileño” publicado en El País:

 
Información en otros medios:

lunes, 23 de enero de 2012

Tirando la comida

Noticia de la semana pasada: un informe de la Comisión Europea revela que los europeos tiramos al año a la basura 179 kilos de productos alimenticios en perfecto estado de consumo. Y en total el 50% de los productos sanos y comestibles que se comercializan en la Unión se pierden en el proceso que va desde su producción al cubo de basura.

A más de uno estos datos le habrán dejado sobrecogido como a nosotros. Primero porque, al menos los que nos criamos en los ochenta, teníamos madres muy concienciadas con no tirar la comida a la basura. Así que cuando oímos la noticia tuvimos un reflejo condicionado y deseamos que una gran madre europea nos echara una merecida bronca a todos. Es como descubrir que suspendemos en jardín de infancia.

Los motivos de este fenómeno son muy variados y como tantas cosas ilógicas de nuestro tiempo está siendo sometido a un sesudo análisis por parte de expertos. Algunos de los motivos ya identificados tienen que ver con factores muy objetivos como la imprecisión de las referencias en cuanto a tiempos de consumo o las deficiencias de los formatos que ofrecen más producto del necesario para el consumo no familiar. Aquí podéis encontrar un informe preliminar al presentado esta semana en el parlamento que detalla muchas de las causas detectadas.

Sin embargo, nosotros nos detenemos posiblemente en la más abisal de todas: la infravaloración de la comida. En un contexto de abundancia de alimentos y precios asequibles, la comida es para muchos europeos la última de sus preocupaciones. Y así nos encontramos una vez más con las dificultades humanas para otorgar valor a las cosas si no cuentan con una traducción monetaria del mismo. Dicho de otro modo, si no duele al bolsillo no duele ni al intelecto ni al corazón. Y no lo decimos nosotros, una rápida búsqueda sobre pricing nos lleva a las 9 reglas para fijar precios del experto Reed Holden, autor de The Strategy and Tactics of Pricing. Ninguna de ellas dice que al consumidor le importen las consecuencias de su compra ni en la vida de los otros ni en el medio ambiente.

Obviamente no todo el mundo se rige por esa sensibilidad (como muestra el movimiento Freegan) pero la abrumadora mayoría sí, y tal percepción hace muy difícil evitar el impacto social y ambiental de muchos de nuestros comportamientos.  

Nuestro acceso a recursos básicos a un bajo coste y en abundancia está muy comprometido y lo sabemos, pero no somos capaces de actuar en consecuencia.

Y en términos morales ocurre igual nuestro exceso  o nuestra incapacidad para compartir nuestros recursos condena a millones de persona pero no somos capaces de actuar en consecuencia. La Europa de los 27 acoge a 502.503.966 personas según Eurostat, tiramos la mitad de la comida que producimos y con la que consumimos estamos mejor alimentados que la inmensa mayoría del planeta. Si diéramos nuestra basura podríamos alimentar por lo menos a otros 500 millones de seres humanos ¿no? Tal vez a algunos en el Cuerno de África….

En esta era que transitamos convivimos y conviviremos cada vez de forma más intensa con las consecuencias de nuestros actos como consumidores porque al fin hemos descubierto que están íntimamente relacionados con el bienestar de otros seres humanos y el equilibrio del mundo natural al que pertenecemos. Sin embargo, aún no sabemos procesar esta información y reaccionar, aunque de ello pueda depender tanto.

Entonces ¿qué? ¿Somos malvados, necios o incapaces? No lo creemos.

Tal y como dijimos hace meses en un artículo que publicamos en Ethic, creemos que nos encontramos ante un nuevo límite de nuestras capacidades. Una frontera que debemos superar para evolucionar hacia una concepción más amplia de lo que requiere compartir este planeta y convivir como especie.

Cuestión que daría, por lo menos, para un programa de Punset.


martes, 17 de enero de 2012

Para inversores concienciados

La Inversión Socialmente Responsable (ISR) es uno de los espacios de acción más interesantes para la promoción de la responsabilidad social y ambiental de las empresas ya que el término hace referencia a aquellas inversiones que combinan los objetivos financieros con la preocupación por el buen gobierno de las empresas, su gestión ética y el  impacto social y ambiental de sus actividades.

Sin embargo, en España aún no acaba de desarrollarse como en el resto de Europa o en otros países occidentales. En total, el patrimonio gestionado bajo criterios ISR en España a finales de 2010 era de 15.231,251 millones de euros, con un total de 1.136.735 partícipes. Mientras, en un país como Canadá este mercado estaría en torno a los 405 billones  de euros.

Además se trata de un mercado mayoritariamente institucional liderado por fondos de pensiones de empleo que han aprobado políticas ISR, y por fondos de pensiones que, a pesar de no tener políticas ISR, ejercen los derechos políticos y votan en las asambleas de accionistas. El mercado retail de este tipo de productos no acaba de despegar.

Sin embargo, en más de una ocasión algún amigo nos ha pedido información sobre esta posibilidad de inversión. Cada vez más gente se preocupa sobre qué clase de organizaciones y actividades empresariales apoyan cuando invierten su dinero en productos financieros.

La banca ética puede ser una alternativa pero si ésta no es la opción puede ser difícil orientarse en la limitada oferta de estos productos que existe en España. Para ello, os remitimos a la publicación que edita anualmente la escuela de negocios ESADE: el Observatorio de la Inversión Socialmente Responsable. 

El último fue publicado en diciembre de 2011  y allí descubriréis la situación actual de este mercado y los fondos ISR tanto extranjeros como españoles que se comercializan en nuestro país. En total, a finales de 2010 había en el mercado financiero español 79 instituciones de inversión colectiva (IIC) socialmente responsable, 16 de ellas gestionadas por instituciones gestoras domiciliadas en España y 63 por instituciones gestoras extranjeras.

Y como ejemplo de este tipo de productos sirva la única IIC socialmente responsable gestionada por instituciones de inversión de nuestro país que apareció en 2010: Fesis Responsabilidad Inversiones, SICAV, S.A. Su selección de inversiones atiende, según la publicación de ESADE,  a “los criterios éticos que constituyen el ideario de la sociedad —desarrollado por los Franciscanos Frailes Menores de la provincia de Valencia, Aragón y Baleares—, y cuya política de inversión se basa en seleccionar empresas que contribuyan a la protección de la vida humana, el respeto de los derechos humanos, la defensa de la paz, el cuidado del medio ambiente o la responsabilidad social empresarial, entre otros”.

Esta es tan sólo una posibilidad. Los criterios que definen estos productos pueden ser muy distintos y responden a diferentes sensibilidades. Aquellos que tengan interés por defender sus valores desde la inversión seguro que encontrarán en este mercado productos para obtener rentabilidad y el estímulo de apoyar empresas que se comportan de forma más consecuente con el impacto social y ambiental de sus actividades.

jueves, 5 de enero de 2012

¿Se debería considerar el bien común en los balances de empresa?

Entramos en 2012 y nos hemos comprometido a hacerlo con optimismo así que más que nunca estamos abiertos a oír nuevas ideas y propuestas para remontar alguna de las crisis que nos traemos entre manos, ya sea la económica, la ambiental, la social, la política o todas a la vez (el optimismo es un sentimiento libre).


No importa la dimensión de la propuesta, nos interesa más el riesgo que incorpore. La senda del cambio sin duda ha de ser rupturista vista la situación. Es momento de prestar atención a cualquier innovación porque puede ayudarnos a ver el camino. Os invitamos a hacer lo mismo: escuchar sin prejuicios.

Y para ideas retadoras os recomendamos La economía del bien común promovida desde la organización Attac. Citar a  Attac ya nos sitúa bastante en la línea de trabajo que se puede estar planteando, pero no sobre la ambición de este enfoque. Esta iniciativa nos ofrece una nueva visión del modelo económico sustentada en determinada interpretación de lo que nos interesa al conjunto de los ciudadanos y las sociedades.

En esencia, sus promotores defienden que el éxito económico no puede ser medido exclusivamente en términos monetarios, ni en el ámbito empresarial ni en el macroeconómico. No se puede confundir PIB con bienestar, afirman. 

Así, entre otras cosas, plantean que las empresas publiquen un balance del bien común en el que se pueda valorar su contribución real a los intereses colectivos ¿Cómo? Según 15 criterios de contribución definidos en la siguiente matriz.

El modelo de La economía del bien común está en proceso de construcción desde su lanzamiento en octubre de 2010 y en él participan 340 empresas, 120 de ellas están construyendo este tipo de balance.
Tal vez desde esta iniciativa se puedan encontrar claves para mejorar el reporte no financiero, ideas para perfeccionar nuestro concepto de gestión empresarial responsable o, por lo menos, argumentos para afrontar la siguiente cuestión: ¿Se debería considerar el bien común en los balances de empresa?

Aquí os dejamos el vídeo publicado por Attac donde uno de sus portavoces explica el proyecto para que saquéis vuestras propias conclusiones.


Christian Felber - La Economía del Bien Común from ATTAC.TV on Vimeo.