lunes, 31 de octubre de 2011

La UE no abandona a la RSC

La semana pasada la Comisión Europea publicaba una nueva comunicación sobre Responsabilidad Social Corporativa (RSC) titulada Una estrategia europea renovada 2011-2014 para la RSC.

Para aquellos que no están familiarizados con estos temas va una introducción rápida (y por tanto arriesgada) pero que servirá para ayudaros a entender la relevancia de esta noticia.

La Responsabilidad Social Corporativa es una filosofía de hacer y gestionar empresa que defiende que éstas deben considerar no sólo la rentabilidad sino también el impacto social y ambiental de sus actividades para crear valor económico, social y ambiental. La Unión Europea lleva años contribuyendo a que esta visión de las responsabilidades empresariales prospere en el tejido económico europeo, ya que considera que contribuye a la competitividad de las empresas y al progreso social y económico de la Unión. Muchas empresas han acogido este concepto y las instituciones comunitarias han facilitado este proceso con leyes, sensibilización, apoyo público y financiación. Con ello ha contribuido a que Europa sea posiblemente la región con más empresas que aplican medidas relacionadas con esta forma de trabajar.

Esta nueva comunicación de la Comisión viene a renovar la posición de la Unión en este asunto pero en esencia no marca una diferencia radical con su última comunicación de 2006. Las empresas y sus iniciativas voluntarias siguen siendo las protagonistas de este movimiento de transformación empresarial y la UE lo apoya como una fuente de competitividad para las empresas europeas. Tal vez no es un mensaje muy novedoso para los que llevamos años siguiendo estos temas pero en medio de la crisis es una gran noticia que la Unión renueve sus esfuerzos por apoyar la RSC y siga defendiendo que para crecer y ser competitivas las empresas no pueden dejar de atender a su impacto social y ambiental.

La gran aportación del documento son una serie de medidas que constituyen la agenda de acciones que se plantea la Comisión para lograr que la difusión de la RSC reciba un fuerte impulso de 2011 a 2014. Para nosotros la más llamativa es una que queda fuera de la enumeración de 13 medidas de la agenda pero que seguro será de las que más interese a las empresas. La Comisión presentará una propuesta legislativa sobre la información ambiental y social que deben publicar las compañías lo que tendrá un impacto sobre los reportes anuales.

El resto de medidas las dejamos aquí para vuestra valoración. ¿Servirán realmente para dar el espaldarazo definitivo a la RSC en la política comunitaria?

  1. Crear en 2013 una plataforma de RSC multistakholder lo suficientemente amplia como para establecer compromisos públicos para cada sector en los asuntos relevantes para la RSC y monitorizar su cumplimiento
  2. Lanzar en 2012 unos premios europeos para reconocer alianzas basadas en la RSC entre empresas y otros grupos de interés.
  3. Actuar contra el green-washing mediante la aplicación de la Directiva sobre Prácticas Comerciales Injustas prevista para 2012.
  4. Abrir un debate público sobre el papel de las empresas en el siglo XXI.
  5. Lanzar en 2012 un proceso de trabajo con empresas y otros actores para crear un código de buenas prácticas en materia de auto y corregulación.
  6. Facilitar una mejor integración de las consideraciones ambientales y sociales en la compra pública como parte de la revisión en 2011 de la Directiva de Compra Pública
  7. Considerar requerir a los fondos de inversión y a todas las instituciones financieras que informen a sus clientes sobre qué criterios de inversión ética o responsable aplican o a qué códigos o estándares se suman en esta materia, si los hubiera.
  8. Facilitar apoyo financiero a la educación en RSC y en 2012 lanzar una acción de sensibilización sobre la necesidad de educar a profesionales y empresas en la importancia de cooperar en temas de RSC.
  9. Crear en 2012, junto a los estados miembro, un mecanismos de evaluación conjunta de las políticas nacionales de RSC.
  10. Monitorizar los compromisos adquiridos por las empresas europeas en cuanto a aplicar en sus operaciones los principios y guías de la RSC y la ISO 26000.
  11. Trabajar con las empresas y sus grupos de interés para desarrollar en 2012 un guía sobre derechos humanos para un número limitado pero relevante de sectores industriales, así como una guía para pymes basada en los Principios sobre  Empresa y Derechos Humanos de Naciones Unidas.
  12. Publicar hacia finales de 2012 un informe sobre las prioridades de la Unión Europea en cuanto a la implementación de los Principios sobre  Empresa y Derechos Humanos de Naciones Unidas, y a partir de ese momento establecer informes de progreso en esta materia.
  13. Identificar modos para promover una conducta empresarial responsable en futuras iniciativas políticas dirigidas a lograr que en terceros países se  produzca una recuperación y crecimiento económico más inclusivo y sostenible 

miércoles, 19 de octubre de 2011

¿Quieres medir tu capacidad para pensar en el largo plazo?

John Elkington desde Volans y en compañía de la agencia de comunicación y publicidad JTW presentaron el pasado 12 de octubre una publicación de obligada visita para todos aquellos que sienten debilidad por la sostenibilidad y la innovación: TheFuture Quotient.

El proverbial interés de Elkington por crear nuevos conceptos y definir la vanguardia del pensamiento sobre la sostenibilidad le ha llevado ahora a formar parte de un proyecto que cuestiona nuestra capacidad individual y colectiva para pensar en el largo plazo.

El punto de partida de los autores es que esta capacidad es crítica para la innovación y para el desarrollo sostenible en el que tan poco se ha avanzado en los últimos años a pesar de tantos y tan denodados esfuerzos. Ya que, como bien nos recuerdan, el término desarrollo sostenible se acuñó allí por 1987 y desde entonces no hemos dejado de transitar hitos y hechos que no han hecho más que confirmar lo poco que hemos logrado en esta materia.

El objetivo de esta iniciativa, de la que esta publicación es su primera entrega, es llegar a  medir la capacidad para pensar en el futuro o Future Quotient (FQ) a través de un coeficiente similar al de inteligencia (IQ), al Coeficiente Emocional (EQ) o el Coeficiente Ecológico (Eco-Q), y del mismo modo hacer de ello un factor para diferenciar las capacidades de personas, equipos y organizaciones.

Las 5 dimensiones del liderazgo con un alto FQ 
La idea es sugerente, aunque al mismo tiempo nos provoque algunas reservas. Compartimos la conclusión de que estamos fracasando en nuestra capacidad para tomar decisiones que contemplen el impacto en las futuras generaciones. Si el FQ puede servir para ponerle remedio, ya es otra historia. Sin embargo, Elkington con su capacidad para atraer la atención contribuye a abrir el debate y, por tanto, a encontrar una posible respuesta.

Así pues, con la distancia que se debe establecer con todo aquel documento que se pretende esclarecedor de su propio tiempo, recomendamos una visita a The Future Quotient. En especial a sus páginas 18 y 19, y  a su cuarto capítulo donde, si tenéis un buen rato, podréis según los autores “explorar el modo de pensar de vuestro equipo” mediante la metodología MindTime, una de las primeras herramientas generadas por el proyecto.

Eso sí armaros de paciencia con el sistema de publicación digital que han usado para compartir este documento. El mareo está garantizado.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Juego de suma cero

En la literatura sobre gestión responsable de cadena de suministro se suele considerar que el problema principal en esta materia es eliminar los riesgos sociales y ambientales asociados al aprovisionamiento.

Y verdaderamente es así. La creación de grandes cadenas de suministro y el aprovisionamiento a escala global conllevan un difícil control sobre la forma de hacer de los proveedores, sus estrategias para cumplir con los compromisos que adquieren o el modo en el buscan sus márgenes.  Aún hoy aparecen problemas de abusos laborales, de vulneración de los derechos humanos o de daño ambiental grave en las cadenas de suministro como muestran noticias recientes sobre Apple, Nike o Inditex.

Las grandes empresas necesitan estrategias y programas que logren la cooperación de los proveedores en este sentido, y muchas realizan importantes inversiones para formarles, seguir su comportamiento y controlarlo.  Por ello a este tema, se dedican muchas horas de análisis y consultoría.

Sin embargo, es más difícil ahondar en un asunto mucho más sencillo ¿Cómo debería ser el comportamiento de una empresa para asegurar un trato responsable a sus proveedores?

Desde la anterior perspectiva se aborda el cumplimiento por parte del proveedor de aspectos críticos como los derechos humanos, la legislación o la protección más básica del medio ambiente. ¿Pero cuando esos aspectos quedan cubiertos por operar con proveedores occidentales o solventes en ese sentido? ¿Qué queda para las relaciones cotidianas donde normalmente hablamos de pequeños proveedores para grandes empresas?

Cuando la situación económica resulta tan asfixiante para las pymes y todos nos vemos inmersos en una coyuntura incierta, este aspecto de las relaciones comerciales tiene un valor renovado desde nuestra perspectiva.

Las empresas compiten, luchan por su beneficio y buscan su oportunidad de mejora en cada aspecto de su gestión. El aprovisionamiento puede ser un escenario muy duro para esa supervivencia y las posiciones no son equivalentes entre grandes y pequeñas.

Si hablamos de recuperar nuestra economía y encontrar un espacio para la mejora y la protección del empleo los esfuerzos y las formas que se puedan desarrollar entre grandes empresas y proveedores son un asunto importante. 

¿Cómo lograrlo? Construyendo relaciones de beneficio mutuo con los proveedores en las que prime el respecto al proyecto empresarial de cada una de las partes y la consideración a las exigencias que esto plantea. Así aquellos que contratan pueden hacer mucho para empujar la economía de todos garantizando aspectos como:
  • Información clara y transparencia en los procesos de contratación
  • Promoción de la competencia y la libre concurrencia
  • Plazos de entrega y precios sostenibles, y en el curso de la relación comercial evitar cambios que puedan afectar a estos mismos elementos.
  • Estabilidad en las relaciones comerciales
  • Comunicación fluida entre ambas partes.

En tiempos de crisis sería muy positivo no profundizar en una visión del mercado darwinista donde la gestión compras puede ser interpretada como un juego de suma cero. 

Una empresa que crece alentando la prosperidad de su cadena de suministro es mucho más valiosa para la sociedad y puede estar más segura de su éxito por promover la estabilidad del tejido económico que le rodea, saber captar las oportunidades de mejora que suscita la sintonía entre empresas y tener una puerta más para la creación de sinergias. Un juego en el que la suma se acrecienta.