La competitividad
hoy pasa por la adaptación a entornos muy cambiantes, acelerados, poliédricos
y, en ese sentido, es necesario desarrollar nuevas capacidades dentro de las
empresas:
- MEJORAR EL ANÁLISIS. El entorno social y ambiental de nuestra organización cuenta.
- NO DAR PUNTADA SIN HILO. No basta con la buena voluntad. Actuar bien, actuar mejor pasa por el pensamiento estratégico.
- DECIDIR A TRES BANDAS. Casi cualquier paso tiene un impacto social y ambiental. Operar de forma sostenible es no olvidarlo nunca.
- HABLAR, ESCUCHAR, RESPONDER. Contar lo que hace la empresa importa, escuchar lo que dicen de la empresa importa, actuar en consecuencia es diferencial.
Es decir las
organizaciones del siglo XXI deben pasar de observar lo que ocurre a tomar
parte en el contexto social y ambiental que las acoge.