lunes, 21 de febrero de 2011

A piñón fijo

En LACÉLULA estamos embarcados en una búsqueda de proveedores que nos permita apoyar con nuestra propia actividad una economía más sostenible. Queremos predicar con el ejemplo y hacernos con una cadena de suministro a nuestra medida, pero reconocemos que esta búsqueda no está siendo fácil. Es por ello que queremos compartir aquí nuestros avances: contaros qué proveedores vamos encontrando y que nos ayudéis si conocéis a gente que pueda resultar interesante en este sentido. En este post, el primero de esta serie de contenidos en La metamorfosis del erizo, os contamos uno de nuestros recientes hallazgos.

La pasada Navidad, la primera de LACÉLULA, quisimos agradecer a ciertas personas su apoyo en los comienzos de nuestro proyecto. Y decidimos hacerlo de una manera especial: galletas de té verde matcha y chocolate blanco, envueltas manualmente -y cariñosamente- por nosotros, y acompañadas de un breve relato. Pero además le dábamos vueltas a la idea de que el detalle fuese, hasta donde podíamos controlar, “de bajo impacto”. Así que para su distribución, decidimos interesarnos por servicios de ecomensajería.

Fue entonces cuando dimos con los chicos de A piñón fijo. Ellos se autodefinen como “mensajería ecológica formada por experimentados mensajeros en bicicleta”. Si nosotros tuviéramos que hablar de ellos, lo haríamos como: “decididos y valientes emprendedores que recorren Madrid a pedaladas y que demuestran que es posible sumar empresa y sostenibilidad”. Además de su eficacia y entrega (el día de la distribución de nuestras cajas de galletas se estaba produciendo el diluvio universal en Madrid), nos sorprendió gratamente el precio del servicio. Una clara muestra de que se puede hacer negocio, dando un servicio de excelente calidad y precios, sin contribuir a la degradación del medio ambiente. 


A partir de ahora… nos pasamos a la ecomensajería.

No hay comentarios:

Publicar un comentario